Marina, niñera después del colegio - 38280 Tegueste

Me llamo Marina, tengo 24 años y soy Graduada en Psicología. Siempre me han encantado los niños, me lo paso genial con ellos y además aprendo muchísimo. Sé bastante acerca del comportamiento, desarrollo y psicología infantil, que al ponerlo en práctica me ha ayudado siempre a cuidar adecuadamente de los niños. Me considero una persona alegre, paciente, responsable y divertida. Este año quiero continuar con mis estudios realizando un Máster en Orientación Educativa. Para ello estuve un año trabajando de au pair en Inglaterra mejorando mi nivel de inglés y consiguiendo el certificado de Cambridge necesario para acceder a él.

Allí viví con una estupenda familia inglesa que tenían dos hijos, un niño de 4 años y una niña de 5. Yo me encargaba de preparar a los niños por las mañanas, llevar a la niña al colegio (al niño se lo llevaban a la guardería) y luego irla a recoger. Al llegar a casa siempre le preparaba algo de comer, le ayudaba a leer los libros de clase (estaba aprendiendo a leer) y luego realizábamos diferentes actividades: manualidades, diferentes juegos en el jardín, pintar, colorear, jugar con sus juguetes, bailar o hacer juegos con música, disfrazarnos, etc. Los días de vacaciones escolares me la solía quedar todo el día por lo que intentaba hacer actividades más largas como ir al parque, a la piscina, al cine, ir a visitar a alguna de sus amigas, etc. Ocasionalmente tenía algún babysitt por lo que tenía que quedarme con los dos niños a la vez y encargarme de que se pusieran los pijamas, se lavaran los dientes y llevarlos a la cama.

A parte de esto, también estuve con una familia portuguesa que me llamaban para cuidar a su bebé de 5 meses. Iba en mi tiempo libre, por las mañanas, cuando la niña estaba en el colegio, 2 o 3 veces por semana, entre 2 y 4 horas. La madre me dejaba su leche preparada y yo me encargaba de darle el biberón y luego limpiarlo y esterilizarlo. A parte de esto, le cambiaba los pañales, jugaba un poco con ella o le leía algún cuento, la dormía y, obviamente, me aseguraba de que estuviese en todo momento bien atendida y segura. También intentaba fomentar un poco que explorara los alrededores, por ejemplo, ayudándola a sentarse para que pudiera observar y coger o tocar las cosas que le llamaran la atención (acorde a su edad).