Melissa, madre de día certificada en Mostoles

Melissa nos ayudó a cuidar de nuestro peque cuando solo tenía seis meses. Dejar a un bebé en manos de alguien que no conoces provoca incertidumbre, inseguridad, e incluso, algo de miedo, pero estas sensaciones desaparecieron la primera mañana que Melissa pasó en casa. Melissa es profesional. Se nota que tiene mucha experiencia cuidando a los pequeños de la casa. Sabe lo que necesitan y cuándo lo necesitan. Y más allá de eso, es muy responsable con su trabajo, es puntual y siempre tiene una sonrisa en la cara. Melissa es cariñosa. Cuidaba de Mateo, le daba de comer, le cambiaba el pañal, le sacaba de paseo. Pero no se quedaba ahí, porque además de sus necesidades fisiológicas, también cubría las emocionales: le cantaba, le leía cuentos, le hacía reír, le mecía con dulzura en sus brazos hasta que se quedaba dormido. Melissa es tranquilidad. Dejar a nuestro peque con ella era saber que iba a estar bien, tranquilo y feliz. Sabíamos que podíamos irnos a trabajar sin preocupaciones. Y esto, para unos padres de un bebé de seis meses, es mucho. Melissa es todoterreno. Porque de vez en cuando, también cuidaba de nuestra torbellino de tres años y lo hacía de maravilla. El otro día nos encontramos con Melissa en el parque y cuando mi peque la vio, su cara se iluminó, abrió los brazos y se lanzó a abrazarla. Él también la recomienda.