Celia, cuidado de niños en Valencia

¡Hola!

Mi nombre es Celia, nací en Granada hace 27 años. Soy psicóloga y profesora de español y de inglés. Actualmente curso un Master en Desarrollo Personal y Liderazgo en la Universidad de Valencia.

La Psicología y la Educación Holística son mis dos grandes pasiones laborales, así que me gusta conciliar ambas de forma integrada. La herida de todo ser humano tiene que ver con el amor y aparece en la infancia, por eso, es de vital importancia acompañar al niño en su desarrollo de forma plenamente consciente y amorosa. Como no se puede dar lo que no se tiene, llevo años trabajando estos aspectos en mí misma, conociéndome, confrontando mis miedos y desarrollando mi potencial personal.

¿Cómo lo he hecho?

Viajar mucho y vivir inmersa en culturas diferentes (he vivido en Escocia, Bélgica, Estados Unidos y México) son otras de mis pasiones. Abrir la mente a nuevos horizontes me ha permitido cuestionarme lo establecido y fijar mis propios valores de forma genuina y consciente. Igualmente, conocer otras formas de vivir y relacionarse, me ha permitido adquirir diferentes recursos y habilidades para comprender el mundo desde un enfoque más amplio.
Además de viajar y vivir en el extranjero, siempre voy complementando mi experiencia vital con formaciones muy variadas de tipo académico (Psicología, Enseñanza de idiomas, Coaching para Educar, Comunicación No Verbal, Eneagrama, Pedagogías Alternativas, etc.)

Aunque he trabajado la mayor parte de mi vida con adultos, ahora me apetece estar en contacto con niños para acompañarles en su proceso y aprender de ellos, que son grandes maestros.

Cada niño es un ser único y especial, considero que la mejor forma de educar nace cuando se le facilita un contexto acorde y adaptado a sus propias necesidades, cualidades y talentos, y no cuando se intenta adaptar al niño a un sistema estandarizado, desfasado, que cojea y fracasa desde hace tiempo.

Favorezcamos una educación nueva para un mundo nuevo, una educación que parta de dentro hacia fuera y no al contrario. Una educación que vaya más allá de lo cognitivo, teniendo en cuenta que somos además de mente, cuerpo, emoción y espíritu.

Mi aportación es acompañar a niños en su camino a conocerse interiormente primero, para poder conocer a los demás y el mundo, fomentando la inteligencia emocional, la autonomía y, sobre todo, el amor.